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▷El Hombre sin Dios es como un Animal.

Sin el más mínimo ánimo de ofender a los lectores, la afirmación en este título es una realidad, el hombre sin Dios es como un animal.

Solo en Dios tenemos entendimiento, amor por otros,  reverencia, obediencia, y es que a veces nos quedamos cortos pues tenemos en la Biblia incluso historias de animales que fueron más obedientes a Dios que sus mismos siervos.

Así que no dejemos a nuestro Dios fuera de ningún área de nuestra vida, para que no seamos como animales delante de él.

 

Fui como un animal delante de ti. 

 

El título de este mensaje pareciese que fuese dirigido a aquellos que simplemente no conocen a Dios, sin embargo, es el fragmento de un Salmo escrito por  Asaf quien  si conocía al Señor, y era uno de sus sacerdotes, lo que quiere decir que este mensaje es aplicable a nosotros que tenemos una Vida en Cristo.

Asaf reconoce que era torpe delante de Dios, y simplemente no entendía, siendo como un animal delante de él.

Lo que nos hace reflexionar en que, si no le damos siempre el primer lugar a Dios, irremediablemente en algún momento seremos como esas bestias en su presencia, por lo que se afirma que el Hombre sin Dios es como un animal.

Por mi necedad e ignorancia. ¡Me porté contigo como una bestia!”

Salmo 73.22NVI

Este maravilloso Salmo de Asaf nos da una importante revelación, cuando NO dejamos que Dios entre verdaderamente a cada área de nuestras vidas, y Nos ilumine con su resplandeciente luz, simplemente nos comportamos como unos animales, como unas bestias delante de él.

Muchas veces me pongo a pensar, en qué áreas de mi vida no he dado mi brazo a torcer, cuantas veces simplemente hago caso omiso de  lo que es el deber ser, y simplemente:

-Le doy rienda suelta  a mi naturaleza carnal y pecaminosa

-Contesto mal,

-Me tomo el día y no me esfuerzo lo suficiente

-Coqueteo con la vida,

-Disfruto de algunos los vicios, placer, chismes

-Pienso que nadie me ve, pero me ve el que juzga los corazones.

 

Despojándonos de Nuestra Ignorancia. 

 

El Salmo 73 es uno de los más maravillosos, pues nos muestra una realidad a la cual ninguno de nosotros estamos exentos de vivir, y es que a veces vemos cuan estrecho se nos hace el camino del Señor y cuan amplio es para los otros el camino del mal, lo cual nos carga y nos llena de amargura.

“Hasta que entré en el santuario de Dios; Allí comprendí cuál será el destino de los malvados”

Salmo 73.17 NVI

 

Tal vez has pasado por esta situación, ahogado en deudas, con tu familia a punto de quebrarse, sin trabajo, en la sala de un hospital, o camino a enterrar a un ser querido, en fin, posiblemente has pasado situaciones difíciles en la vida donde te preguntas,

¿Dónde está Dios?, o

¿Por qué a los demás no les pasan estas cosas y a mí sí?

 

Volviendo al Maestro. 

 

No sé qué situación has pasado, qué te pudo llevar a molestarte o alejarte de Dios, tal vez tienes entre tus conocidos a alguien que a raíz de una tragedia no quiere saber de Dios.

Pero hay algo que te puedo decir que:  necesitas abrir una vez más tu corazón a Dios, ir al trono de su gracia y desahogar tu corazón, que nuestro Padre Amado, ese especial consolador, abrirá tu entendimiento, y te mostrará que tal vez has sido una bestia delante de él reprochándole cosas, en vez de ver como su brazo poderoso sostenía tu vida en cada momento difícil.

 Y lo más importante es que Él te abrazará y te mostrará más, y más, el gran amor que tiene hacia a ti, y te abrirá el entendimiento una vez más para que puedas entender que Dios mismo tiene cuidado de ti, y puedas reconciliarte con nuestro padre amado a través de una verdadera Oración Personal.

 

“Perecerán los que se alejen de ti; Tú destruyes a los que te son infieles. Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del SEÑOR soberano mi refugio para contar todas sus obras.”

Salmo 73. 27-28 NVI

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