La alabanza y la adoración tienen que estar presentes en la comunicación con Dios; esto permite que nuestra petición sea agradable y de buen olor para él.
Pero debemos entender la diferencia entre alabar y adorar a Dios; pues todo depende de la actitud del creyente.
Alabanza.
Alabar es una expresión evidente; en la cual el gozo de exaltar y disfrutar de la presencia de Dios se hace a través de:
- Danzas;
- Palmas;
- Música;
- Gozo.
La alabanza se hace de manera pública y se celebra cuando todos en un mismo sentir festejamos la presencia de Dios en nuestras vidas.
Alabar es elevar nuestro gozo delante de Dios y de la iglesia, celebrando juntos su presencia; su bendición y bondad.
“Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.”
Salmos 71:8 (RVR60)
Adoración.
La adoración se da en nuestro diario vivir con Dios; en nuestra intimidad con él; allí en un lugar donde somos transparentes; auténticos delante de Dios; donde mostramos realmente lo que somos.
Es una conexión más íntima que sale en lo profundo de nuestros corazones para rendir ante Dios nuestra:
- Admiración;
- Amor y
- Fidelidad.
Allí en esos momentos cuando conectamos con el Padre y él puede ver a través nuestro y sabe las intenciones de nuestro corazón y mente.
“Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas.”
Salmos 63:1 (RVR1960)
Adoradores en las Escrituras.
La Biblia está llena de historias, en las cuales se pueden apreciar la actitud de corazón de muchos personajes que llevaban una relación sincera con Dios; hombres que marcaron la diferencia por haber creído en Dios y que se gozaban en su presencia.
1. Moisés.
Moisés fue uno de los principales personajes que tuvo una relación directa con Dios; presenció grandes milagros y maravillas.
Fue tan grande la conexión con Dios que cuando venía de estar en su presencia; tenía que cubrirse el rostros porque la unción y poder del Padre estaba sobre él.
2. Samuel.
Asimismo Samuel; es una promesa ante la adoración de una madre que va al templo a pedir a Dios que le conceda concebir; al cabo de una año nace ese hizo; el cual es consagrado al servicio de Dios.
Samuel cumple una labor excelente ante las demandas del padre y también porque muestra un corazón fiel y obediente para cumplir la voluntad de Dios en todo aquello que le mandaba.
“Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos”.
2 Samuel 7:22 RVR60
3. David.
Por otra parte; se menciona al Rey David; quien tenía un corazón de adorador y conforme al corazón de Dios.
David muestra su fe y servicio al Padre a través de una actitud reverente y humilde. A pesar de sus flaquezas, siempre dio el primer lugar a Dios y fue el autor de hermosos pasajes y Salmos en donde se puede apreciar su devoción y admiración por Dios.
“Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.”
Salmos 103:1 (RVR60)
4. Jesús.
Aunque es nuestro Señor y Salvador; siempre tuvo una actitud de adoración y alabanza hacia el Padre; Jesús siempre ha sido ejemplo de amor y fidelidad en la circunstancias que lo adversaron dando el primer lugar al Padre.
Tal es la comunión con el Dios que cuando fue a orar sus trajes fueron transfigurados y se muestra como una figura resplandeciente frente a sus discípulos.
Pues un efecto de la adoración es que el favor de Dios nos cobija y nos llena. Jesús es el camino; la verdad y la vida por la cual llegaremos ante el Padre celestial.
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Juan 4:24 (RVR60)”
La alabanza y la adoración nos conectan con nuestro Padre celestial. Aprende las diferencias entre alabar y adorar a Dios y recibe través de ellas libertad, paz y sanidad; porque son ungüento derramado sobre nuestras cargas y heridas, y así llegamos delante la presencia de Dios para descansar a sus pies.
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