
La historia de Sansón es muy conocida. Aquel hombre vigoroso y valiente que perdió toda su fuerza cuando le cortaron el cabello. Sin embargo, muchas veces no pensamos en la Reflexión de Sansón y Dalila y como este enamoramiento fue uno de los detonantes del fracaso de este gran hombre.
Generalmente los cristianos se preguntan: ¿Por qué NO puedo estar con alguien que NO comparta mis creencias?, pues, aquí tenemos un claro ejemplo Bíblico que te ayudará comprender cuán importante es pedir la dirección de Dios en este aspecto fundamental en la vida.
Reflexión de Sansón y Dalila
La historia de Sansón, es un relato Bíblico que puedes encontrar en el libro de Jueces desde el capítulo 13 hasta el capítulo 16. Pero es justamente en este último, el capítulo 16 a partir del versículo número 4 hasta el 31, donde se relata la historia de Sansón y Dalila.
Sansón era del pueblo de Dios, y Dalila del pueblo filisteo, y aunque estaba prohibido por Dios que su pueblo tuviera algo que ver con esta gente, y Sansón había tenido ya una mala experiencia con un matrimonio fallido con una filistea, él simplemente se enamoró de ella, situación que le costó su vida.
Así que, para que disfrutes de esta reflexión de Sansón y Dalila, te especificamos 5 cosas de las cuales debemos estar atentos, cuando de la voluntad de Dos en nuestras relaciones amorosas se trata:
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Mi vida sentimental también la debo someter a Dios.
Sansón fue criado como un nazareo, es decir vivió en un hogar donde le enseñaron los preceptos de Dios y sin embargo, el vivió su vida sentimental como quiso, sin obedecer a Dios ni a sus padres, de hecho la primera vez que se enamoró d una filistea sus padres le advirtieron diciendo:
Pero sus padres le dijeron: ¿acaso no hay una mujer aceptable entre tus parientes, o en todo nuestro pueblo que tienes que buscar una esposa entre esos filisteos incircuncisos?
Jueces 14.3
Cada vez que nos queremos embarcar en una relación amorosa con personas que no comparten nuestras creencias Nuestro Padre Celestial nos hace esa misma pregunta.
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Golpearás la misma piedra hasta que aprendas la lección.
Como Sansón tú puedes menospreciar la instrucción de Dios en cuanto a la importancia de guardarnos para alguien especial conforme a su voluntad. Sin embargo esto traerá consecuencias para nuestras vidas y además de ello fracasaremos una y otra vez.
Seguramente has oído a personas decir, siempre elijo el hombre que me es infiel, o no tengo suerte en el amor, pero la verdad es que las personas son las que eligen siempre el mismo modelo erróneo cuando no se deciden a escuchar la voz de Dios a este respecto.
Luego fue y hablo con la mujer que le gustaba.
Jueces 14.7
“Un día Sansón fue a gaza donde vio una prostituta.
Entonces entró a pasar la noche con ella”.
Jueces 16.1
Pasando algún tiempo, Sansón se enamoró de una mujer
Del valle de Sorec, que se llamaba Dalila.
Jueces 16.4
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El precio de la seducción.
Tal como su primera esposa, Dalila (quien si se tomaba muy en serio su pueblo y su dios) se dedicó persistentemente a seducir a Sansón y a importunarlo para que este le revelará su secreto, y él como de costumbre ante su debilidad lo hizo.
Para nosotros esta historia es determinante la Reflexión de Sansón y Dalila, la cual se hace clara cuando vemos el precio que pago Sansón por su desobediencia, su vida desordenada y por su falta de integridad, y que nosotros podríamos pagar si no prestamos atención, pues:
- Cortaron su cabello ( Jueces 16:19) Quitando su propósito y su liderazgo
- Dios lo abandonó (Jueces16:20) Perdió su relación con Dios.
- Le sacaron los ojos, lo azotaron, lo ataron, lo pusieron de esclavo (Jueces 16:21). De servir a Dios a servir a sus enemigos y a los enemigos de Dios, inmovilizado y sin visión.
- Lo tomaron de burla. (Jueces 16:25). Nadie lo tomaba en serio ahora.
- Murió (Jueces 16:30) llegó el fin para su ministerio y su vida espiritual.
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Solo el arrepentimiento te sacará a flote.
A Sansón, no rendir sus relaciones a los pies de Dios literalmente al final le costó la vida, pero tuvo la oportunidad de redimirse ante Dios.
Él nunca quiso rendir esa área de su vida a Dios, y a pesar de que cuando se arrepintió Dios cumplió su propósito, tal vez si él se fuese rendido a tiempo el final de esta historia no hubiese sido tan trágico y desgarrador.
Si no nos rendimos en esta área ponemos en riesgo nuestro liderazgo, lastimaremos a nuestra familia, saldremos lastimados y además torcemos el curso de la vida que Dios ha trazado para nosotros, recuerda que:
“La bendición de Dios es la que enriquece y no añade maldición alguna”.
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Cada día debemos morir en el intento.
Afortunadamente nosotros también tenemos la oportunidad de entregarle esta área de nuestras vidas a Dios y permitir que el tome el control, rendir nuestra voluntad y hacer lo correcto.
Así como Cristo en el Getsemaní que no quería pasar por un proceso doloroso pero se decidió a hacer la voluntad. Nosotros debemos pasar por el Getsemaní de nuestras relaciones amorosas y dejar en la cruz de Cristo nuestra voluntad para que Dios actué, y nos restaure.
No esperemos que el enemigo nos humille y nos reduzca a polvo para buscar de Dios como Sansón, aunque si allí llegásemos igual Dios nos levantará, aunque muchos pueden no volver atrás nunca.