Dios quiere que sus hijos sean prosperados espiritualmente; que crezcan en dones y frutos que sean llenos de poder.
Las escrituras nos enseñan un sin fin de pasajes en donde los grandes líderes cristianos vieron el poder y la majestad de Dios; estos estudios bíblicos para jóvenes cristianos pentecostales tienen como propósito encaminar a la formación ministerial; creando en ellos un perfil de líder en su caminar con Dios.
El poder de Dios se mueve con fe
Nuestros jóvenes cristianos, tienen que aceptar que ellos al igual que los grandes Líderes de la Biblia pueden mover el gran poder de Dios.
La palabra nos enseña que las señales de las cuales ellos fueron testigos, seguirán a las nuevas generaciones y todo esto lo pueden lograr a través del mover del Espíritu Santo en nuestras vidas.
El poder investido por el Espíritu Santo, puede hacer grandes maravillas. Pero sin fe nada podemos lograr. El Señor Jesucristo Dijo:
“….si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Mateo 17:20 (RVR 1960)
Otra de las palabras que él menciona es: “que nada será imposible”. Para nuestro Dios nada es imposible; si creemos firmemente esta palabra, el Espíritu Santo hará proezas en nuestras vidas y en la vida de los demás, solo con tener una fe activa.
Recibiendo el poder
Recibir el poder de Dios, es recibir el bautizo del Espíritu Santo; las escrituras reflejan varios estudios bíblicos para jóvenes cristianos pentecostales, que deben conocer para saber el origen de este poder.
El poder de Dios se movió en gran manera desde el principio hasta nuestros días. Cuando el Señor Jesucristo ascendió al cielo dijo que detrás de Él quedaba el consolador haciendo referencia al Espíritu Santo.
Seguido de esto se celebra el Pentecostés en el cual todos los apóstoles y quienes les seguían estaban en un mismo sentir en la adoración al Padre.
Fueron una sola voz y esto generó que la bendición del Padre cayera con poder y gloria y el Espíritu Santo descendió sobre ellos y bautizándolos le dio dones y poder.
El mover del Espíritu Santo traerá poder a nuestras vidas.
Entrando en la presencia del poder de Dios
En el antiguo testamento; muchos recibieron el poder de Dios. En su nombre activaron la autoridad y la unción del Padre. Pero para lograrlo tuvieron que aprender a escuchar su voz y tener una fe firme.
Abraham:
Escucho a Dios; salió de su tierra en obediencia y fue bendita su generación.
Creyó firmemente en el padre y no vacilo cuando Dios pidió que sacrificara a su hijo y por su actitud reverente fue llamado padre de la fe.
Moisés:
Habló cara a cara con Dios; cuando lo hacía tenía que cubrir su rostro porque este resplandecía la gloria del Padre.
Hizo grandes milagros. Desato las diez plagas de Egipto; liberó al pueblo hebreo; separo el mar, saco agua de la peña. Hablaba con Dios.
Podía entrar directamente a su presencia y sentir su poder.
Daniel:
Fue un hombre de fe firme y el poder de Dios lo protegía. No pudo quemarse en el horno de fuego; ni fue devorado por los leones.
David:
Venció su oponente, siendo aún muy joven porque creyó que en nombre de Jehová vencería a su enemigo Goliat. No tuvo temor.
Fue un rey que confiaba en Dios y su corazón era conforme a lo que Él esperaba.
El Señor Jesús:
Hizo milagros y maravillas. Se hizo hombre de carne y hueso por amor a nosotros y para que por medio de su sacrificio estas señales nos acompañaran hasta el día de hoy.
A través de estos estudios bíblicos para jóvenes cristianos pentecostales se da una misión en sus manos. Dios ha otorgado su poder a través de Espíritu Santo; para levantar una generación santa, comprometida a llevar el evangelio de paz a las naciones.
El Padre nos ha vestido de lino fino y nos ha investido con el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros. Nos bautizó porque lo anhelamos en nuestro corazón y este poder le ha placido al Padre dárnoslo para que en su nombre salvemos aquellos que lo necesitan.