Caminar con Dios es una de las más maravillosas experiencias que puede sentir el ser humano. Ser dirigidos por Él es algo magnifico y gratificante.
Al estar en la presencia de Dios Padre, nuestro corazón rebosa en adoración y en alabanza. Estar en esta actitud de reverencia glorificando al Padre, permite que su poder se derrame e impacte la vida de nosotros sus hijos.
Pero, ¿Cómo recibir la unción del Espíritu Santo?
La unción es el poder de Dios manifestado; y para que el poder del Padre se manifieste debe haber ciertas circunstancias que lo permitan.
Cuando el poder de Dios se desató por primera vez a sus hijos; ellos estaban unidos, en un mismo sentir; orando; alabando; sirviendo a su Padre amado. Para que su poder fuese derramado, ellos tuvieron que tocar al corazón de Dios.
“Cuando llegó el Pentecostés, estaban todos juntos en el mismos lugar…” Hechos 2:1.
¿Cómo es la unción de Dios?
La unción es poder. Y este poder, deja en nuestro interior espiritual dones. Los cuales se irán perfeccionando a través de nuestro servicio, amor y diligencia. Pues lejos de Dios no lograremos conectarnos a su poder.
El Espíritu Santo, mueve el poder d Dios a nuestras vidas. Llena el vacío que hay con gloria y con poder. Además la unción nos da autoridad.
Restaurando la autoridad
A través del pecado, nosotros perdimos la autoridad frente el enemigo; y este tuvo derecho sobre nuestras vidas.
Cuando el Señor Jesucristo murió por nosotros en la Cruz; libero poder; pues él tomó nuestros pecados y transgresiones y las publicó abiertamente quitándole al enemigo el derecho que tenía y restableciendo su autoridad sobre nosotros.
En la palabra Dios nos ha engrandecido y por medio del Espíritu Santo nos ha dado autoridad para:
– Sanar a los enfermos y quebrantados
– Para echar fuera demonios
– Hollar serpientes y escorpiones
– Restaurar al caído
– Levantar muertos.
Este es el poder que Dios nos ha dado; ¿cómo recibir la unción del Espíritu Santo? – pues con fe; sin fe no podemos activar el poder de Dios.
Fe, unción, gloria
Hay personas que hacen grandes maravillas con el poder de la unción que Dios le ha otorgado; dan testimonio sobre sus milagros. Estas personas han caminado con Dios; y el poder del padre está sobre ellos.
En la Biblia podemos encontrar numerosas historias sobre el poder y autoridad que Dios otorgo a sus hijos:
– Moisés, abrió el Mar Rojo porque Dios se lo permitió.
– David derroto a Goliad porque iba en nombre de Dios.
– Jesús alimento a los cinco mil.
– Resucitó a Lázaro
– Sanó enfermos.
– Resucito al tercer día de haber muerto, venciendo a nuestro enemigo.
– Los apóstoles vieron grandes maravillas después de recibir la unción del espíritu santo.
– Pablo y los apóstoles sanaban enfermos solo con su sombra.
Todas estas cosas sucedieron, porque tuvieron fe que en el nombre del Señor Jesucristo podían vencer; al activar estas promesas el Espíritu Santo descendió con unción y pudieron ver grandes milagros
La unción está dentro de nosotros
La unción del Espíritu Santo, está en nuestra mente; debemos apropiarnos del poder que se nos ha entregado.
No debemos temer. Con un corazón temeroso no lograremos activar el poder de Dios.
Dios colocó grandeza en nuestros corazones; no dejemos que las circunstancias sean más grande que nosotros.
Debemos ser valientes y cosas grandes y maravillosas verán nuestros ojos
“Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y dominio propio” 2 Timoteo 1:7
Una reflexión de cómo recibir la unción del Espíritu Santo:
Recibir la unción del Espíritu Santo en nuestras vidas es ofreciendo nuestro cuerpo como su templo y morada. Un sacrificio vivo en nuestro ser para que Él habite libremente y su poder pueda ser derramado en nosotros.
Invitemos al Espíritu Santo a entrar en nuestras vidas; que penetre lo más profundo de nuestros corazones.
Que se pasee por cada área de nuestros pensamientos que este débil y que no fortalezca con su unción y autoridad.
Dios no levanta del foso cenagoso; coloca nuestros pies en la roca firme, él es nuestro padre y junto a él no puede faltarnos nada.