
El Espíritu Santo de Dios; es la esencia pura de Él mismo; es su poder; su amor y gloria. Estar conectado con él trae bendición a nuestras vidas.
Si tenemos una buena relación con Dios, sabremos cómo orar al Espíritu Santo, al comunicarnos con la parte más íntima de Dios; liberamos su poder y su gloria.
Podemos andar de gloria en gloria a través del amor de Dios y de su poder por medio de la oración.
Orar en todo tiempo
“Orad sin cesar.
Dad gracias en todo, porque es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Tesalonicenses 5: 17-18
Si quieres ver la grandeza del amor de Dios y de su Espíritu Santo, tenemos que orar. Cuando nosotros oramos nos comunicamos con Dios. La oración es el delicado encendedor que activa el poder y fuerza de Dios.
La oración debe ser con acciones de gracia, amor y alabanza.
Para activar ese poder debemos saber cómo orar al Espíritu Santo, todo dependerá de la actitud de nuestro corazón y de la pureza de nuestro espíritu. Dios mora donde hay un lugar propicio para su presencia.
Aun cuando nuestros corazones están cargados y atribulados, podemos rendirnos ante la presencia del Espíritu Santo para que descansemos y seamos liberados de nuestras cargas.
Oraciones gratas, de olor fragante
Una de las formas de cómo orar al Espíritu Santo, es por la adoración hacia Él.
Este tipo de comunicación permite que la oración sea de un olor fragante para el Señor.
Cuando nuestra oración es viva y eficaz abre una brecha donde el Espíritu Santo derrama todo su poder.
Los cielos se abren espiritualmente y una lluvia de bendiciones cae sobre nuestras vidas.
Por el contrario, si nuestra oración está cargada de quejas, de rabia, rencor y falta de perdón; el Espíritu Santo no puede acceder, porque bloqueamos su entrada.
Pues en un corazón endurecido Dios no puede habitar y la oración tiene olor a muerte; en este caso muerte espiritual, porque nuestro espíritu está lejos de Él.
El altar de oración al Espíritu Santo
El altar es el lugar donde nos encontramos cara a cara con el Señor. Es ese sitio secreto donde revelamos al Espíritu Santo lo más profundo de nuestro corazón.
Acá desnudamos nuestra alma y la entregamos para que Él pueda obrar en nuestras vidas.
Nuestro corazón es el templo donde habita el Espíritu Santo, ya nosotros lo hemos invitado a vivir allí. Pero también necesitamos un lugar en nuestra casa o en la iglesia donde podamos sentir su poder.
Nuestro altar de oración debe ser:
– Un lugar donde no haya interrupciones– Donde te sientas a gusto.
– Donde puedas quebrantarte y humillarte delante del Espíritu Santo.
– Donde haya sanidad, paz y poder
Obstáculos que no nos permiten estar cerca del Espíritu Santo
La principal razón del por qué el Espíritu Santo se aleja de nosotros es porque nuestro corazón endurecido. Es decir cuando nos hemos apartado de la presencia de Dios.
Al apartamos de la presencia de Dios nos hemos alejado de su voluntad, hemos dejado de escucharlo; permitiendo que las circunstancias y problemas sean más grande que Él.
Por lo que; entra en nuestro corazón: rencores, culpa, falta de perdón, hostilidad; en un lugar así Dios no puede habitar.
¿Cómo orar al Espíritu Santo si estoy apartado de Él?
Si estamos apartados de Dios, no podemos escucharlo y Él no va a intervenir al menos que nosotros se lo pidamos.
Acá somos nosotros, quienes debemos crear un puente para comunicarnos; pues el Espíritu Santo siempre está dispuesto pero tenemos que buscarle.
Creando una nueva conexión con el Padre
Primero debemos arrepentirnos y pedirle perdón por nuestros pecados y transgresiones; pedir que quiete ese corazón de piedra y coloque un corazón de carne y que haga volver nuestro espíritu con Él.
Cuando tenemos un corazón triste y humillado, el Señor vendrá y nos restaurará su palabra expresa que Él no puede resistirse ante un corazón humilde.
“Los sacrificios a Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.” Salmos 5:7 (RVR 960)
Tal cual como un padre que no puede ser indiferente ante el dolor de un hijo; así actúa Dios con nosotros.
El Espíritu Santo nos ama
El Espíritu Santo está lleno de pureza; nos ama y anhela que le busquemos.
Está dispuesto a cuidarnos, bendecirnos y salvarnos pero somos nosotros quienes debemos tomar la decisión de invitarlo a nuestras vidas y es a través de la oración y un corazón manso que podremos lograrlo.