
Dios es nuestro Padre amado; cuida de nosotros sus hijos; siempre ha velado por nuestro bienestar y nos ha concedido su misericordia y bendición.
En respuesta al favor de Dios, nosotros debemos tener en claro como debe ser un verdadero hijo de Dios y eso se logra a través de la obediencia a nuestro Padre.
Al aceptar que el Señor es nuestro Padre; abriendo las puertas de nuestros corazones, estamos cerrando un pacto; el cual Dios no guía y nosotros atendemos a su llamado para tener parte con Él en el Reino de los Cielos.
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, {es decir,} a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios”. Juan 1:12-13(VC)
Llamado a ser Hijos de Dios
Dios nos llamó a ser sus hijos y todo lo que representa ser un hijo del Rey. Nos ha dado un nombre y una nueva ciudadanía en el Reino de los Cielos; a ser cosas grandes; estar en lugares altos, investido de su poder y gloria.
Él hace el llamado; viene a nuestra vida y toca la puerta.
Somos nosotros quienes decidimos si aceptamos su propuesta la cual trae bendición en cualquier situación que nos rodee y para ello debemos ser esforzados y valientes.
“El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo” Apocalipsis 21:7 (VC)
Características de los hijos de Dios
El Señor ha sido un Padre ejemplar con sus hijos; nos ha enseñado a través de sus huellas como debe ser un buen hijo de Dios; entre las cuales destacan las siguientes características.
Obediencia a Dios
Un buen hijo es obediente a la voz de su padre; Dios nos ha llamado a hacer su voluntad, obedecerla.
La obediencia a Dios tiene que ver con saber escuchar y para lograrlo debemos tener comunión con Él a través de la oración.
“Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra” Deuteronomio 28:1-15
Compromiso a Dios
Dios se ha comprometido con nosotros a través de su palabra de llamarnos sus hijos y nos ha dado un propósito.
El compromiso de nosotros con Dios va de la mano con el propósito que Él ha establecido para nuestras vidas. El cual es llevar sus palabras al necesitado.
A veces somos nosotros quienes no queremos comprometernos con los mandamientos del Señor. Y él quiere que nosotros le sirvamos con todo nuestro corazón y seamos obedientes en su palabra; así es como debe ser un buen hijo de Dios
“Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, y que los tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros”
1 Tesalonicenses 5:12-13(VC)
Humildad con Dios
Entre las características que debe tener un buen hijo de Dios, destaca la humildad. Dios no se resiste ante un corazón humilde.
Aun el Señor Jesús dio ejemplo de humildad y se hizo hombre para servirnos a nosotros, probó de lo vil de la tierra para nuestra salvación.
Un hijo de Dios debe ser humilde, no jactancioso ni orgulloso haciendo todo con amor para la obra y la bendición de Dios estará sobre su vida.
Pues es él quien nos da el reconocimiento y el galardón en Cristo Jesús.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” Colosenses 3:23(RVR)
Fidelidad a Dios
La fidelidad de Dios es grande e incomparable; es difícil mantener la fidelidad a Dios si no estamos convencidos de llamado de nuestro padre.
Más cuando sabemos que estamos afirmados en la roca que representa Dios, nadie podrá separarnos de su amor.
Por medio de la fidelidad permanecemos firmes y nadie podrá movernos de su presencia porque Él es fiel hasta el final.
“Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” 1 Corintios 1:9 Reina-Valera 1960
Fe a Dios
Como debe ser un buen hijo de Dios depende mucho de la fe con la que ha recibido el llamado de su Padre; es imposible que haya una conexión con Dios, si no creemos a que nos ha llamado.
Con fe podemos alcanzar el favor y poder de Dios. Ver las grandes maravillas que ha prometido. Sólo así podemos saber que somos sus hijos porque con fe escucharemos su voz
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Hebreos 11:1(RVR)