La palabra obedecer tiene que ver con el saber oír; escuchar el llamado y atender aquello que se nos ha asignado.
Cuando Dios hace el llamado; es nuestra decisión ser obedientes a su voz. Por medio de la obediencia nos alineamos a su propósito y dirección y logramos avanzar a los planes que Él tiene para nuestra vida.
Todo lo que Dios nos ha dispuesto es porque tenemos el discernimiento para escuchar su voz y cumplir su voluntad; estar debajo de su cobertura y tener la seguridad que todo estará bien porque es él quien nos respalda.
“Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer.”
Deuteronomio 5:33 | NVI
Tomando en cuenta el significado de la obediencia y lo que Dios quiere logar a través de ella. En las escrituras se hace mención de varios Tipos de obediencia según la Biblia; y en cada una hay recompensa para quienes son diligentes y esforzados.
1. La Principal Obediencia es a Dios.
Dios es quien debe tener el primer lugar en nuestras vidas; cuando él tiene esta prioridad nada puede afectarnos porque él tiene el control de todo.
- La obediencia a Dios no solo es escuchar su voz;
- También va de la mano con lo diligentes y esforzados que somos dentro de nuestro servicio a Él.
Escuchando su voz.
Para saber escuchar la voz de Dios tenemos que tener una buena comunión por medio de la oración y la búsqueda en su Palabra. Esto desarrolla nuestros sentidos espirituales y somos más sensibles a su llamado. Pues podemos entender claramente lo que quiere y sabemos lo que debemos hacer.
Dios nos guía.
Si Dios dirige nuestras vidas, todo ayudará para bien; a pesar de las circunstancias estaremos confiados; porque Él será quien nos dirija y nos respaldará sea cual sea la adversidad que nos rodee.
Tenemos que ser
- Obedientes
- y Diligentes;
Dios se complace ante estas actitudes de sus hijos y cumple su promesa de bendecirlos y guiarlos por el buen camino; pues irá frente de cada uno de nosotros peleando las batallas que vamos a vencer.
“Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”
1 Corintios 15:58 | NVI
2. Obediencia a los Padres.
Otro Tipo de obediencia según la Biblia es hacia loa padres; primero es el primer mandamiento con promesa; quien cumple este mandato tiene bendición a su vida.
La Palabra nos enseña que debemos honrar a nuestros padres; esa honra es a través del
- Amor,
- Respeto;
- Cuidado
- y Valor,
- Tomando siempre en cuenta sus consejos, apoyo y dirección.
Instrucciones de los Padres.
Los padres son guías que enseñan a sus hijos el buen camino; los cuidan y orientan para que su vida sea beneficiosa y alcancen gracia delante de Dios.
Un hijo debe estar atento ante el consejo de sus padres pues en esto hay sabiduría y discernimiento para saber cuál es la decisión que se debe tomar cuando llegue el momento.
También expresa la Palabra que nos regocijemos de nuestros padres que celebremos su vida y su compañía pues hay bendición de Dios para nuestras vidas.
Dios es nuestro padre; aún así a encargado esta labor a hombres y mujeres comprometidos a criar y cuidar a sus hijos como tesoros del cual Él pedirá cuenta más adelante
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre”
Proverbios 1:8(VC)
3. Obediencia a las Autoridades.
Por último, la obediencia sobre las autoridades para que nos vaya bien en nuestras vidas. Debemos respetar y honrar a todos aquellos que se encuentre en eminencia; pues tienen puesto de autoridad. Respetándolos en amor; así como a Dios para que esto traiga bendición en nuestra labor.
Dios promete bendición a quien se somete y respeta la autoridad de otros. Debemos ser diligentes y obedientes con nuestros jefes, gobernantes, maestros, y cualquier otra figura de autoridad que nos rodee.
“Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones {y} acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad”
1 Timoteo 2:1-3
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